El rendimiento del
procesador puede ser medido de distintas maneras, hasta hace pocos años se
creía que la frecuencia de reloj era una medida precisa, pero ese mito, conocido como mito de los mega hertzios se
ha visto desvirtuado por el hecho de que los procesadores no han requerido
frecuencias más altas para aumentar su potencia de cómputo.
Durante los últimos
años esa frecuencia se ha mantenido en el rango de los 1,5 GHz a 4 GHz, dando como resultado
procesadores con capacidades de proceso mayores comparados con los primeros que
alcanzaron esos valores. Además la tendencia es a incorporar más núcleos dentro
de un mismo encapsulado para aumentar el rendimiento por medio de una
computación paralela, de manera que la velocidad de reloj es un indicador menos
fiable aún. De todas maneras, una forma fiable de medir la potencia de un
procesador es mediante la obtención de las Instrucciones
por ciclo.
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